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Vivimos en una sociedad orientada hacia la juventud que da cada vez más importancia al estar en forma y tener una apariencia joven.

Cada vez más, una apariencia joven se equipara a la habilidad y eficacia en el trabajo y a un estatus y prestigio en la sociedad.

El envejecimiento facial consiste en una serie de eventos relativamente consistentes y que en general afectan la cara de manera global. Aunque la velocidad a la cual representan estos cambios es variable, el proceso de envejecimiento es predecible.

El envejecimiento de la cara afecta no sólo las estructuras superficiales como la piel, si no que también compromete la grasa subcutánea, la musculatura facial y las estructuras óseas.

Durante las últimas dos décadas ha habido un gran avance en las técnicas de rejuvenecimiento facial. Esto ha llevado no sólo a un aumento en la demanda de este tipo de procedimientos y a que personas cada vez más jóvenes deseen hacerse algún tipo de procedimiento para atenuar signos iniciales de envejecimiento. Cada paciente es considerado de manera individual durante la consulta en relación con los aspectos que desea mejorar, sus temores y las características anatómicas y de envejecimiento de su cara.

El rejuvenecimiento facial se hace con procedimientos no quirúrgicos y procedimientos quirúrgicos o cirugías propiamente dichas. Los procedimientos no quirúrgicos más utilizados son la toxína botulínica o Botox y los rellenos faciales. Las cirugías más utilizadas son la blefaroplastia, frontoplastia, ritidoplastia, y lipoinyección facial.

El objetivo de cualquier cirugía de rejuvenecimiento es lograr un resultado natural, armonioso y duradero. Para lograr un resultado armonioso se debe evaluar el rostro como un todo y no de manera fragmentada como tradicionalmente se ha acostumbrado hacer. Es particularmente importante no desconocer que el envejecimiento no es algo que afecta las estructuras de la cara de manera separada y fragmentada sino global, y que compromete tanto los tejidos superficiales como profundos. No se debe pasar por alto el envejecimiento de la región frontal y peribucal que a menudo son olvidadas.