Los resultados insatisfactorios luego de una rinoplastia lamentablemente se presentan aún en manos expertas.   Si  te realizaste una cirugía estética de la nariz y el resultado no es adecuado usualmente lo recomendable es esperar un año completo antes de someterse a cirugía correctiva o rinoplastia secundaria.

La cicatriz que se forma bajo la piel luego de una cirugía estética de la nariz  es dura al comienzo y esto hace más dificil hacer una nueva cirugía. Luego de varios meses la cicatriz se  ablandanda permitiendo que el riesgo de complicaciones tras una rinoplastia secundaria sea menor.

Usualmente se necesita un año para que se complete el proceso de cicatrización tras una rinoplastia.

Si se trata de corregir un mal resultado de una rinoplastia de manera muy precoz se aumenta el riesgo de tener de nuevo un resultado insatisfactorio debido a que la cirugía se hace mucho más difícil y la cicatrización más impredecible.

Tenga en cuenta que la hinchazón de la nariz luego de una rinoplastia disminuye lentamente y la nariz puede lucir mejor y más refinada con el transcurrir de los meses .  Si se hace una nueva cirugía estética de la nariz demasiado temprano se puede estar tratando de corregir un problema que podría al menos corregirse parcialmente por si sólo si se le diera el tiempo suficiente.

Finalmente es importante que sepa que una rinoplastia secundaria es mucho más difícil que la primera y una tercera operación es aún más difícil. Es mejor esperar el tiempo indicado antes de realizarse cirugía correctiva para minimizar el riesgo de terminar necesitando una tercera rinoplastia.

En algunos casos se pueden utilizar sustancias de relleno como el ácido hialurónico (Juvederm) que ofrecen una mejoria temporal mientras se llega el momento adecuado de hacer una rinoplastia correctiva.

La única excepción son áquellos casos en los cuales  se han usado injertos y si éstos se han desplazado en el post operatorio inmediato, en éstos casos el paciente se debe llevar a cirugía lo más pronto posible para reacomodar los injertos antes de que se haya dado la cicatrización de las heridas.

La rinoplastia es una de las cirugías estéticas que ha tenido la mayor evolución en los últimos años.  El enfoque actual es hacia la máxima preservación de las estructuras de la nariz minimizando el riesgo de secuelas tardías.

Una de las variantes importantes en rinoplastia de preservación  es la rinoplastia con preservación del dorso. Esta consiste en preservar el dorso nasal haciendo una resección indirecta de la giba nasal.

La forma más común de quitar una giba nasal consiste en recortar o resecar la misma en forma directa, sin embargo, tras hacer esto, el cirujano debe reconstruir el puente de la nariz y restablecer la arquitectura de manera muy precisa para lograr una forma adecuada del dorso nasal y preservar la función de la nariz. La técnica de preservación de dorso conserva la arquitectura del puente nasal obviando la necesidad de hacer una reconstrucción del mismo y los riesgos inherentes a este proceso reconstructivo.

Sólo es posible realizar la rinoplastia con preservación de dorso cuando  el puente de la nariz tiene características adecuadas, particularmente en lo que respecta a simetría, ancho y regularidad del contorno nasal.

En casos adecuadamente seleccionados, la rinoplastia con preservación de dorso minimiza el riesgo de irregularidades e imperfecciones en el puente nasal.

La técnica de rinoplastia de preservación de dorso no es nueva, de hecho, la primera cirugía con esta técnica fue realizada hace más de un siglo por el Dr. J.L Goodale en 1899. Sin embargo, esta técnica había sido casi completamente olvidada y sólo era practicada por un grupo marginal de cirujanos en el mundo, al punto de ser hasta hace poco, una técnica desconocida incluso por expertos reconocidos de la rinoplastia mundial.

En los últimos 6 años un grupo reducido de cirujanos impulsado por el Dr. Ives Saban y los Drs Rollin Daniel, Baris Çakir y Peter Palhazi dieron origen a una verdadera revolución  de la rinoplastia en torno a esta técnica. Hoy día, grandes maestros de la rinoplastia estructural como el Dr. Dean Toriumi han incorporado con entusiasmo y de manera exitosa la rinoplastia con preservación de dorso.

La recurrencia de la giba es el mayor riesgo de la rinopastia con preservación del dorso y es necesario un conocimiento profundo de la anatomía y biomecánica de la nariz para minimizar la probabilidad de esta complicación. Recientemente se han introducido múltiples variantes en la técnica de preservación de dorso que si bien hacen más compleja la toma de decisiones para el cirujano, maximizan las probabilidades de lograr un resultado exitoso cuando este último las conoce apropiadamente.

Al momento actual no muchos cirujanos tienen experiencia con esta técnica y es posible que para el cirujano con años de experiencia en rinoplastia estructural sea preferible continuar usando las técnicas que ha venido usando satisfactoriamente a lo largo de su vida profesional. En lo personal, considero la rinoplastia con preservación de dorso un elemento valioso en el armamentario del cirujano apasionado por la rinoplastia.